La cultura Mesoamericana está presente en uno de los platillos tradicionales de la gastronomía hondureña, el Nacatamal que nunca falta en las mesas hondureñas para celebrar Las Navidades y el Año Nuevo.
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Nacatamal platillo hondureño  de origen indígena lleno de historia y de sabores

Durante siglos Honduras ha sido influenciada por la cultura Mesoamericana, que se refleja en su gastronomía, el consumo de maíz, frijol, ayote y chile; en los aspecto lingüísticos encontramos una gran influencia del Idioma Nahuat.

De ahí podemos encontrar que Nacatamal tiene sus raíces Mesoamericanas, la palabra Naca (Nacatl) significa carne en el idioma Nahuat y el Tamal (Tamalli) que significa envuelto.

El Nacatamal como podemos deducir es de origen indígena, remonta a la época precolombina. En Nacaome, un lugar muy hermoso al sur de Honduras, el Nacatamal era uno de los alimentos sagrados de los dioses. Nuestros ancestros preparaban el Nacatamal con carne de cerdo de monte y aves como el Jolote, pavo de monte.

Con la llegada de los españoles en el siglo XVI, la carne de cerdo y gallina sustituyeron a la de cerdo de monte y al Jolote.

El Nacatamal es una masa de maíz aliñada, rellena de carne de cerdo y gallina o pollo, envuelta en hojas de plátano, es uno de los platillos tradicionales de Honduras.

Cuando llegan las fiestas de Navidad y de Año Nuevo todas las familias se reúnen en la cocina y si se cocina en fogón tradicional; los hombres se encargan de llevar la leña y atizar el fuego, mientras las mujeres algunas preparan la masa de maíz, mientras que otras elaboran el guiso de las carnes para luego armar el Nacatamal e introducirlo en una olla con agua hirviendo.

Al cabo de un tiempo se desprende el inigualable e irresistible aroma de los Nacatamales, listos para probarlos.