El chocolate, ese antiguo manjar con una historia agridulce, tiene sus raíces en Honduras. La palabra nos evoca barras y cajas de bombones, más para comer que para beber, con un sabor dulce en la memoria.
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Chocolate: La historia agridulce de este antiguo manjar, tiene sus pistas en Honduras
Chocolate: La historia agridulce de este antiguo manjar, tiene sus pistas en Honduras

La terminología puede ser un poco confusa, pero la mayoría de los expertos en la actualidad utilizan el término "cacao" para referirse a la planta o a sus granos antes de procesarlos.

Mientras que el término "chocolate" se refiere a cualquier cosa hecha con los granos, explicó. "Cacao" generalmente se refiere al chocolate en polvo, aunque también puede ser una forma británica de "cacao".

Buscando en el pasado

Los etimólogos rastrean el origen de la palabra "chocolate" a la palabra azteca "xocoatl", que se refería a una bebida amarga elaborada a partir de los granos de cacao. El nombre latino del árbol de cacao, Theobroma cacao, significa "alimento de los dioses".

En 2007, antropólogos de la Universidad de Pensilvania anunciaron el descubrimiento de residuos de cacao en cerámicas excavadas en Honduras que podrían remontarse hasta el año 1400 a.C.

Al parecer, la pulpa dulce del fruto del cacao, que rodea a los granos, se fermentó en una bebida alcohólica de la época.

Es difícil determinar exactamente cuándo nació el chocolate, pero está claro que fue apreciado desde el principio.

Una moneda dulce

Durante varios siglos en la América Latina pre-moderna, los granos de cacao se consideraban lo suficientemente valiosos como para usarlos como moneda.

Un grano podía ser cambiado por un tamal, mientras que 100 granos podían comprar una buena gallina de pavo, según un documento azteca del siglo XVI.

El chocolate endulzado no apareció hasta que los europeos descubrieron las Américas y probaron la cocina nativa.

La leyenda cuenta que el rey azteca Moctezuma recibió al explorador español Hernando Cortés con un banquete que incluía beber chocolate, habiéndolo confundido trágicamente con una deidad reencarnada en lugar de un invasor conquistador.

Al principio el chocolate no se ajustaba a las papilas gustativas de los extranjeros, uno lo describió en sus escritos como "una bebida amarga para los cerdos", pero una vez mezclado con miel o azúcar de caña, rápidamente se hizo popular en toda España, y así en todo el mundo.